La paz interna.

 

 

 Únicamente en la calma, es posible percibir la vida en nosotros. En este vasto e infinito espacio, más allá de la frontera del mundo manifestado se encuentra  nuestro “Yo” más verdadero, el que nos permite mostrar nuestra verdadera naturaleza de amor en TODO lo que nos rodea...

 

...es donde aflora esa paz interna que exquisitamente nos lleva a sentir la belleza.

 
En calma, siento el amor y la paz en mí.
 
Al caminar puedo observar el sol salir al comienzo del día y escuchar el cantar de los pajaritos, siento paz en mí. La naturaleza es un recordatorio de que Dios es omnipresente.
 
La tranquilidad se afianza a medida que contemplo la actividad del espíritu de Dios.
Invoco la paz y afino mi oído interno con el mundo de guía, ánimo, amor y fe divinas que emanan de mi interior.
La inmensidad, el poder, la gloria Divina me aguardan en mi santuario interno.
 
Al enfrentar las exigencias diarias de mi vida, y de vez en cuando el caos, recuerdo la paz que yace en mí y hago uso de ella.
Nada puede perturbar la paz de mi alma.
 
 
"Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros."
 
 
 
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