El camino del labrador

 
 
Aquella mañana,Sírliat partió en busca de la Semilla de la eternidad...
nadie notó entonces su partida,pues todos cumplían con sus tareas y obligaciones...
los más ancianos del pueblo,conocedores de muchos hechos importantes y depositarios
de la voz de la experiencia,
rieron al verlo alejarse;y recordaron viejas luchas,empuñando
el estandarte de la búsqueda de la verdad.
 
Ámbil Verlas,el más anciano,estaba sentado bajo la sombra de un árbol,y dijo:
 
"Muchacho,escúcha  la voz de este viejo cansado,y no busques lo que nunca ha de encontrarse,
la Semilla es un mito;en mis años felíces,
mucho la he buscado,mas,al llegar el dolor,comprendí que tal semilla
no pertenece a este mundo;
está en el otro,en uno muy lejano,
que muchos buscan,pero no encuentran.
Aún si llegaras a encontrarla,
¿qué más da?
llegará el dolor y olvidarás las promesas
de fidelidad a La Causa de las cosas
o,mucho peor,tus promesas serán olvidadas
en cuanto te sientas satisfecho
con la felicidad pasajera
que el mundo podría brindarte."
 
Pelmir el astuto,sentado al borde del comienzo del camino,habló diciendo:
 
"Somos muy pequeños para el Creador Infinito,
olvida tus ansias de conocer lo que nunca fue conocido,
esta vida es muy corta como para ocuparse de cosas tan largas,
vuelve,pues,con tus amigos,
disfruta del vino y las muchas jóvenes que persiguen tu nombre
y llena tu cuerpo
con las victorias que éste puede darte.
¿Por qué alejarte?...
¿no deberías conformarte,acaso,con aquello que serena tus impulsos
y adormece tus temores?"
 
Lualos,quien tenía menos años de los tres,rezando junto a una estatuilla
que representaba un antiguo hombre santo,
girando su cabeza y mirándolo con ojos distantes,casi adormilados,
dijo:
"¿Vas entonces tras la Semilla?...oh,joven Sírliat,hijo de Ólvin y Cliria,
espero,más aún que tu éxito,
que los Dioses no te aplasten,
por insensato,por desear más de lo que se nos permite,
y sobre todo...sobre todo...
por atreverte a avanzar más lejos que nosotros,los más sabios del pueblo,
con tan pocos años...y con tanta soberbia."
 
Sírliat avanzó algunos metros,dándoles la espalda a los tres. Luego,lentamente,alzó su mirada al cielo,y murmuró:
 
Así es el hombre,muchas veces.
 
Unos dejan de buscar cuando llega el cansancio;también abandonan el camino al llegar la tranquilidad que trae a veces el devenir de los sucesos.
Piensan,entonces:¿por qué buscar más?es perder tiempo,y ese tiempo es el mismo que desaparece como el sol al llegar la noche...
Y otros,temen encontrar lo que siempre han buscado,pues, llegar a esa verdad que tanto desearon,es conocer también el fin de la búsqueda,es llegar al final de los caminos. Por eso,siempre encuentran maneras de alejar un poco más el objetivo,y así prolongar la senda que le daba sentido a la vida y a sus sueños.
Yo iré tras la verdad,mi verdad,no para alcanzarla hoy,en este mundo de contrastes,sino para seguirla,pues deseo ser guiado por la verdad,mas no aprisionarla en las pequeñas celdas y catacumbas de mi entendimiento.
 
Oh,Verdad, Misterio Primero...déjame ser un caminante,un viajero,que te lleve como antorcha,y no un tonto, que te encierre para poseerte.
 
El camino del labrador -El viaje de Sírliat Introducción Cap.1