Oración suprema para recibir todo el poder de nuestro ser interno

 

En cada altar del pensamiento,
de la voluntad, del sentimiento,
moras Tú, moras Tú.
Tú eres todo sentimiento,
toda voluntad, todo pensamiento.
Eres Tú quien les guía;
permíteles seguirte, a Ti,
permíteles seguirte...
permite que sean, así,
como Tú eres.
En el templo de la conciencia mía,
la luz -Tu luz- moraba,
y yo no la veía; más sí la veo hoy día.
El templo está iluminado, el templo está sano, unificado.
Soñando, mientras dormía, creía
que el templo se había quebrado,
minado por el miedo, la ansiedad y la ignorancia mías
Minado por el miedo, la ansiedad y la ignorancia mías,
soñando, mientras dormía,
creí que el templo se había quebrado.
Tú me has despertado hoy,
Tú me has despertado;
Tu templo está sano hoy,
Tu templo ha sanado.
Anhelo adorarte a Ti,
anhelo adorarte.
En la estrella, en el corazón,
en la célula del cuerpo,
te amo a Ti, te amo.
Juego contigo en el electrón.
Anhelo adorarte en cuerpo,
estrella y constelación. . .
Estás en todo.
Te adoro en todo.
Celestial Voluntad Divina,
convertida en mi voluntad humana,
en mí brilla, en mí brilla;
brilla en mí Tu voluntad,
brilla en mí Tu voluntad.
Yo desearé y decidiré,
obraré y me disciplinaré,
no guiado por el ego, sino por Ti,
sino por Ti, por Ti.
Trabajaré y ejerceré mi voluntad,
pero colma Tú mi voluntad
con Tu propia voluntad.
¡Oh Padre, vuélvenos cual niños pequeños,
cual niños que son dueños de Tu reino!
La perfección del amor tuyo está en nosotros.
Como Tú, que eres perfecto, como Tú.
somos perfectos.
En cuerpo y mente somos sanos,
como lo eres Tú, como lo eres Tú.
Somos hijos tuyos,
hijos de la perfección.
Tú estás en todo,
y doquiera estás Tú, allí está la perfección.
Tú habitas en el altar de cada célula;
Tú habitas todas las células de mi cuerpo, y ellas están sanas y perfectas,
sanas y perfectas.
Hazme sentir que Tú estás en todas mis células, en todas ellas;
Hazme sentir que Tú estás en cada una de mis células
y en todas ellas. . .
en cada una de mis células, y en todas ellas.
Vida de mi propia vida, Tú eres sana,
y estás en todas partes.
Tú estás en mi corazón y en mi cerebro, en mis ojos, y en mi rostro,
y en mis miembros;
Tú estás en todas partes.
Eres Tú quien mueve mis pies;
ellos están sanos, están sanos.
Mis piernas y mis muslos están sanos,
están sanos, pues Tú moras en ellos.
Tú sostienes mis muslos,
para que me yerga, para que no caiga.
Mis muslos están sanos, pues Tú estás en ellos,
pues Tú estás en ellos.
Tú estás en mi garganta,
Tú brillas en mis mucosas,
y en mi abdomen habitas;
ellos están sanos, pues Tú estás en ellos.
Tú titilas en mi columna dorsal;
está sana, sana.
Tú fluyes en mis nervios;
están sanos, sanos.
Tú flotas en mis venas,
y en mis arterias flotas;
están sanas, sanas.
Eres fuego en mi estómago,
fuego en mis intestinos;
están sanos, sanos.
Así como Tú eres mío,
así soy yo tuyo.
Tú eres perfecto;
Tú eres mi ser, eres mi ser .
Tú eres mi cerebro,
resplandeciente y sano, sano...
sano, sano.
Libre fluya mi imaginación,
libre fluya mi imaginación.
Estoy enfermo cuando así lo creo yo;
y cuando así lo creo, sano estoy.
¡Cada hora, oh, cada momento,
en cuerpo y mente estoy sano y contento,
sano y contento!
Soñé el sueño de la enfermedad,
pero me he despertado riendo,
al encontrarme todavía
bañado en lágrimas, en lágrimas de alegría,
y no de pesar, al comprobar
que había soñado el sueño de la enfermedad.
Pues estoy sano en verdad, estoy sano.
Permíteme sentir
Tu amoroso latir, Tu amoroso latir.
tú eres mi Padre,
y yo soy Tu hijo.
Caprichoso o sumiso,
yo soy Tu hijo.
Permíteme sentir Tu saludable latir .
La sabiduría de Tu voluntad, permíteme sentir,
la sabiduría de Tu voluntad.