Del enseñar.

 

 
 
 
Una madre llevó a su hijo ante Mahatma Gandhi e imploró: Por favor, Mahatma, inste a mi hijo a no comer azúcar".
Gandhi, después de una pausa, pidió: "tráigame a su hijo de aquí a dos semanas".
 
Dos semanas después, ella volvió con el hijo.
Gandhi miró bien profundo en los ojos del muchacho y le dijo:
"No coma azúcar".
Agradecida, pero perpleja, la mujer preguntó:
¿Porqué me pidió dos semanas? ¡Podía haber dicho lo mismo antes!"
 
Y Gandhi respondió: "Hace dos semanas atrás, yo estaba comiendo azúcar":