Mi otro Yo: El Profesional

 

 

A medida que avanzamos en el siglo XXI, adquirimos una mayor conciencia de la vertiginosa
velocidad a la que tenemos que movernos y de las consecuencias que ello trae para nuestra vida
personal y profesional. Las nuevas tecnologías, los grandes avances en el campo de las
telecomunicaciones y los alcances de la ciencia van más allá del tiempo que tenemos para
ponernos al día en la necesidad de alcanzar una mayor universalidad en nuestros conocimientos.
Hoy en día existen miles de opciones para que todos los seres humanos logren alcanzar un óptimo
nivel profesional. Se calcula que la persona promedio se desempeñará en cinco o seis profesiones
distintas y que podrá desempeñarse mejor, dada la universalidad de sus conocimientos. Sin
embargo, en la actualidad las grandes corporaciones buscan retener a los ejecutivos que cuenten
con más experiencia y que posean valores como la motivación, el liderazgo y la visión, por el
aporte que brindan a las empresas.


Los intereses del ser humano, a nivel profesional, van desde llevar a cabo los objetivos y
actividades de su trabajo de la forma más efectiva, hasta materializar aquellas metas que le traigan
satisfacción en su empresa, trabajo u oficio, tratando siempre de identificar aquellas oportunidades
que le permitan desarrollar o adquirir nuevas habilidades profesionales.
Nuestro ser profesional es aquella parte de esa gran maquinaria interna llamada mente
subconsciente, que en ocasiones parece dominar una gran porción de nuestra vida, haciéndonos
ignorar, y hasta olvidar otros aspectos que tienen la misma importancia.


Es fundamental oír a ese ser profesional, pero también hay que dejarle saber que no es el único
aspecto de valor que hay en la vida. Si bien es cierto que esta última década estuvo marcada por
un exceso de preocupación por las metas profesionales, debido, en parte, a los grandes avances
tecnológicos y al incremento en la competitividad empresarial a nivel mundial, también es cierto
que esto llevó a muchas empresas a reducir drásticamente su personal, poniendo a las personas a
la defensiva. De las cenizas de este cambio global surgió un profesional más estructurado y
consciente de los demás papeles que debe asumir.


Vivimos en una era donde la posesión del conocimiento y la información correcta en el momento
oportuno, permiten tomar decisiones con rapidez, en forma acertada, y determinan, en gran
medida, el éxito personal y profesional. Todos y cada uno de nosotros tienen más control del que
cree sobre aquellos aspectos que afectan este campo. Aspectos como:


Determinar cuál es el campo de acción donde realmente deseamos incursionar profesionalmente y
qué actitudes vamos a asumir para lograrlo.


Desarrollar un programa personal de educación y actualización profesional para que siempre
estemos a la vanguardia de lo que acontece en nuestro campo de interés y evitar así convertirnos
en profesionales obsoletos.


Evaluar constantemente nuestras metas financieras y determinar cuánto dinero queremos y
podemos ganar cada año.


Inicia un plan de acción. No permitas que se quede en buenas intenciones. Finalmente eres tú
quien construye tu presente y quien visualiza