Lo que hizo un sabio para impedir el mal.
15.08.2012 17:05
"Un sabio se hallaba en su jardín recogiendo frutos. De pronto, oyó un ruido y vio a un hombre corriendo:
«Pero ¿adónde vas tan deprisa? le preguntó,
– Mi vecino me persigue con un fusil: cree que he sido yo quien ha quemado su granero.
– Vete rápidamente, yo solucionaré esto.»
Llega el otro hombre: «¿Dónde vas corriendo así? le dice el sabio. Tienes aspecto de estar sin aliento. Siéntate un instante.
– No, debo atrapar a un individuo que ha quemado mi granero. Va a recibir una lección de la que se acordará toda su vida.
– Pero ya debe estar lejos ahora. Mira estas frutas, son deliciosas. Siéntate y pruébalas.»
El hombre acabó sentándose y disfrutando con las frutas.
Y el sabio le invitó también a admirar las flores y los árboles del jardín, el cielo azul, etc.
Este breve descanso cambió su humor, y renunció a la persecución de su vecino proponiendo incluso al sabio ayudarlo a recoger sus frutas.
Diréis qué ésta es una historia inverosímil. No tanto…
El sabio sabía que si se ponía en medio del camino diciéndole al hombre colérico: «Párate, no vale la pena correr así»,
el otro le hubiera empujado sin escucharle y hubiera tenido que utilizar la fuerza.
Entonces,
¿qué hizo?
Desviar su atención ofreciéndole frutas.
"Esto significa que, para impedir a los humanos hacer el mal, más que oponerse a ellos, es mejor intentar desviar sus energías. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov