Lentamente y sin prisa...
Lentamente, como crecen las flores de la tierra
el corazón humano florece en el amor divino
y se hace uno con el corazón de la existencia.
Sin esfuerzos, el ave levanta vuelo luego de que sus alas se desperezan
y una vez en el aire,
los vientos la llevan mientras ella sólo acompaña el flujo de los vientos.
Así es nuestro sendero, sin esfuerzo, el alma comienza a amar a la mente
y la mente encuentra al corazón…
luego,el corazón encuentra al mundo,y el universo abraza a nuestro corazón
y le dice: Somos Uno.
Un vuelo sobre los velos de lo desconocido,en las alas del Amor verdadero
es lo que nos revela la naturaleza real de la existencia y los milagros en el existir.
Lentamente y sin prisa, porque las prisas nacen del ansia humana
y de la confusión de interpretar lo que es eso que llamamos tiempo,
el alma de cada cosa conoce al alma de la totalidad
y nuestra alma se reconoce en el Alma de las almas,
en el centro del Orígen de la vida.
La puerta está abierta, y nunca ha necesitado llaves…
sólo necesita un corazón limpio,que la atraviese y salga a la luz de un nuevo día,
un día sin límites…
un día de Luz sin tiempos.
Un día eterno en la paz del amor.