La fé me da poder para reclamar mi bien.

 

LA FE ME DA PODER PARA RECLAMAR MI BIEN.
 
La fe es el poder que hace visible lo invisible. Por ejemplo, en un juego de golf, si el jugador está distraído por una duda o preocupado por el futuro, la pelota probablemente no alcanzará la meta. Un jugador exitoso hace una pausa, antes de cada jugada, para imaginar que la pelota cae donde tiene que caer. Cada jugada es dirigida por la capacidad que tiene el jugador de enfocar su atención, y es afianzada por la fe.
 
Yo puedo utilizar este mismo poder para tener éxito en cualquier situación. Presto atención a mi sabiduría interna y procedo con determinación. Mantengo en mente una imagen clara de lo que espero y centro mi atención en crear la experiencia. Facultado por la fe, reclamo y manifiesto mi bien.
 
Todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y se les concederá.—Marcos 11:24