La existencia infinita esta hecha de aquello llamado alegría.

 

 

¿De dónde proviene este encanto cuando no estás realizando actividad alguna?

No viene de ninguna parte, o bien procede de todas partes. No hay razones para él, pues la existencia es tá hecha de un material llamado júbilo. Éste no requiere de causa, de razón alguna. Si estás triste, tienes un motivo para estarlo. Si estás feliz, simple mente lo estás: no hay razones para ello. Tu mente tratará de encontrar una razón, porque no puede creer en lo inmotivado, por no poder controlarlo. Con lo inmotivado, la mente se torna simplemente impotente. Por eso, la mente sigue hallando una u otra razón.

Pero quiero decirte que, cuando estás feliz, no hay razón alguna para ello. Cuando estás triste, tienes algún motivo para estarlo. Esto se debe a que la felicidad no es sino el material del cual estás hecho. Es tu propio ser, tu esencia más íntima. El júbilo es tu esencia más íntima. 

Mira los árboles, los pájaros, las nubes, las estrellas... Y, si tienes ojos para ello, serás capaz de ver que la existencia toda está llena de alegría. Todo es simplemente dicha. Los árboles son felices sin razón alguna; no van a ser primeros ministros ni presidentes, no se volverán ricos ni recibirán nunca un resumen bancario. Contempla las flores: no hay motivos. Es simplemente increíble lo alegres que son las flores. 

La existencia toda está hecha del material llamado alegría.