Inocencia.

 

“Ser inocente es estar abierto a ver cada momento como nuevo.

Ser inocente es no tener una idea preconcebida de qué es lo que va a suceder,

cómo algo debiera ser, o cuál tendría que ser el resultado.



Ser inocente es abrazar cada momento como si fuera mágico,

en lugar de verlo desde una percepción trillada de lo que sucedió anteriormente.



Ser inocente es darle un cien por ciento al momento presente, es amar sin máscaras,

es soltar nuestra imagen y nuestras falsedades y ser como niños,

que no se aferran, que no juzgan, que solo son, en la dicha del momento presente.

Esta es solo una pequeña parte de la inocencia,

pero es una parte de la que tantas vidas adultas carecen.”