El sentido oculto de la vida.

 

Todo tiene un sentido oculto para nuestra mente, pero no para nuestra consciencia.
 
 
 
¿Quién es capaz de desplegar sus horas ante sí mismo, diciendo: “Esto es para Dios y esto para mí, esto para mi espíritu y esto para mi cuerpo”?
 
 
 
Acaso nuestra vida puede estar separada del Espíritu?
 
No hay nada en el Universo que esté aislado del espíritu, al mirar a vuestro entorno ves el brillo del sol, el movimiento de las alas de un pajarito, el agitar de las aguas de los océanos, los días , las noches, las lluvias, los días cálidos, una flor que abre sus petalos, un perro que mueve su cola o el amor brotando de nuestra alma, de alguna forma, ante nuestros ojos se muestra una maravillosa forma de vida que afirma la existencia del Espíritu.
 
Es el sentido de la vida que está presente en todos los seres vivos, el espíritu que infunde la vida.
 
Hací nos damos cuenta que nada se detiene, todo se desplaza, todo es en su naturaleza para lo que fue puesto allí, tiene una sabiduría, tiene sentido, está buscando algo, va hacia algún lugar, y marcha, marcha sin detenerse; y cuando no puede marchar en línea recta, se desvía y busca de nuevo, todo tiene esa sabiduría de poder vivir, buscar, encontrar, sublimarse, volver otra vez por más experiencias y culminar ese ciclo.
 
¿por qué nosotros no hemos de responder a la misma ley de la Vida si  estamos hechos de la misma sustancia?
 
¿por qué no buscar también el mismo fin, y por qué no vamos tras la vibración donde estemos alineados con el universo, con Dios?
 
Sabemos que hay una Fuerza cósmica que nos eleva una y otra vez, que nos convierte y nos transforma en aquellos espíritus que derraman amor sobre la Tierra y son libres de Ser.
 
Si todo esto no tuviese un sentido, si no tuviese una continuidad, si no tuviese un cambio constante, no existiría creación alguna, cuando permitamos a nuestra conciencia que sea ella la que haga y sea, dejariamos de ver que todo es desconocido y percibiríamos lo nuevo como una oportunidad de ser creadores de un mundo real, con bases fundadas en Amor .
 
Observemos una flor, la más normal, cualquiera que cautive nuestra impresión, logramos ver la inmensa inteligencia con que fue diseñada, pueden lograr que sus nutrientes vitales vayan desde las raíces hasta las hojas, se renueven y bajen de nuevo hasta las raíces,  todo eso está tremendamente y magníficamente “pensado”. Demás está decir que una inteligencia superior está pensando el proceso que rige a la flor. Esta flor no interfiere en esa Inteligencia, se deja llevar y su ciclo se desarrolla en completa armonía logrando una belleza impresionante. 
 
La flor es flor.
 
Eso demuestra que hay un “pensamiento” o una “Mente” a través de toda la Naturaleza que nos rige, que todo está perfectamente pensado.
 
¿Por qué creer que esta Inteligencia Cósmica se ha preocupado solo por las flores y no se ha preocupado por los hombres, si nosotros también somos seres vivos? 
 
La Vida existe y está pensada por un Alguien, por Algo, está perfectamente “calculada”.
 
¿Por qué? ¿Para qué se ha utilizado tanto y con tanta intensidad el Pensamiento en dar a todas las cosas esta armonía maravillosa? 
 
Tiene que ser para algo…
 
Nadie hace un puente si nadie va a caminar encima.             
 
Nadie hace un barco si nadie va a navegar en él.
 
Entonces es obvio que nuestra construcción orgánica y la construcción orgánica de la Naturaleza, están hechas para algo, para ser aprovechadas por algo que va a durar más que el objeto en sí, algo que va a ser útil en el Universo. Y quien va a utilizarla es nuestra Alma, el Espíritu eterno que pasa a través de las cosas. 
 
En este mundo en que nuestra mente se ve abrumada por nuestros problemas, no nos damos la posibilidad de reflexionar sobre estas cosas y despertar a vivir el verdadero sentido.  
 
Es muy bello pensar que las flores tienen un conocimiento que nosotros hemos perdido al haber programado o intelectualizado demasiado la vida. Hemos  perdido el conocimiento de nuestra propia eternidad, hemos perdido el conocimiento de nuestra vida interior, hemos perdido el conocimiento de nuestra alma inmortal.
 
Hoy tenemos que retomar ese conocimiento, porque en el fondo y a pesar de todo lo que aprendemos, lo que obtenemos ya sea títulos, profesiones o bienes, a veces estamos tristes o vacíos; o sin esperanza de que todo puede cambiar y que estar aquí tiene un sentido, que tiene una direccionalidad y es claro que la tiene. 
Para recuperar ese conocimiento, tenemos que desear con todo nuestro corazón que llegue hacia a nosotros, y escuchar esa voz de nuestro interior que nos indica las señales y nos guía. 
 
Cuando fuimos puestos aquí en la Tierra era y es para llegar a algún lugar. Toda nuestra Vida tiene sentido, tienen sentido nuestras alegrías, nuestra paz, nuestra armonía interior porque nos reconfortan y nos llenan de energía para seguir viviendo, y tienen sentido también nuestras lágrimas y nuestro sufrimiento porque nos permiten recoger experiencias, nos hacen un poco más sabios, mas humildes,  tal vez hasta un poco más conscientes.
 
Quienes hayan compartido sonrisas, saben qué es reconfortable para el entusiasmo y quienes hayan compartido lágrimas saben qué sirvió para la unión de las almas. Porque en esta Vida y en esta Naturaleza nada hay realmente malo, todo es bueno porque detrás de ello se oculta una Verdad y un sentido.