Mensaje 39

 

San Juan 12;
 
 
23 Jesús les respondió: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre.
 
24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. 
 
25 El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. 
 
26 Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. 
 
27 Ahora mi alma está turbada. Y ¿que voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto!
 
28 Padre, glorifica tu Nombre.» Vino entonces una voz del cielo: «Le he glorificado y de nuevo le glorificaré.»
 
29 La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel.»
 
30 Jesús respondió: «No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros.
 
31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera. 
 
32 Y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.»
 
33 Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.
 
34 La gente le respondió: «Nosotros sabemos por la Ley que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo dices tú que es preciso que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?»
 
35 Jesús les dijo: «Todavía, por un poco de tiempo, está la luz entre vosotros. Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que camina en tinieblas, no sabe a dónde va.
 
36 Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.» Dicho esto, se marchó Jesús y se ocultó de ellos.
 
37 Aunque había realizado tan grandes señales delante de ellos, no creían en él;
 
 
 
 
 
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