Los deseos.

 

 

 

Para la mayoría de los humanos lo esencial es tener éxito material,

gozar de todos los placeres posibles, satisfacer sus ambiciones.

No se dan cuenta que con semejantes aspiraciones se hunden en la oscuridad y en las limitaciones, y cuando un día descubren que están maniatados, desamparados o enfermos, se sorprenden.

No sabían, o no querían saber que, para sentirse libres, felices y en paz, debían haber hecho una selección entre sus pensamientos, sus sentimientos

y sus deseos, para escoger únicamente los mejores, los más desinteresados.

 

"Cada día coméis y para hacer comestible el alimento, según los alimentos, les quitáis la piel, las pepitas, el hueso, las espinas, etc.

Debéis aprender a hacer también esta selección con este otro alimento que son los pensamientos, los sentimientos y los deseos

con el fin de eliminar de ellos todos los elementos de egoísmo, de agresividad y de injusticia.

He aquí lo esencial: no realizar nuestros deseos a toda costa, sino buscar cuales son los que merecen la pena de ser realizados."

 

Omraam Mikhäel Aïvanhov,