A veces Exito, otras fracaso

 
 
A veces éxito, otras, fracaso

Hay fases de éxito en que las cosas vienen a ti y se desarrollan, y fases de fracaso en que las cosas se marchitan, se desintegran y tienes que dejarlas ir para que puedan surgir otras nuevas, o paraque se produzca la transformación. Si, llegado a ese punto, te apegas y te resistes, te estás negando a seguir el flujo de la vida, y eso te hará sufrir.


La disolución es necesaria para que se produzca un nuevo crecimiento. Ambos aspectos no pueden existir separadamente.


La fase descendente del ciclo es absolutamente esencial para la realización espiritual. Debes de haber fracasado rotundamente a algún nivel, o haber experimentado una pérdida seria o un dolor, para sentirte atraído por la dimensión espiritual. O quizá el éxito mismo haya perdido significado, quedándose vacío y convirtiéndose en fracaso.

El ciclo tiene una duración variable que va de unas pocas horas a varios años. Hay ciclos largos y ciclos breves dentro de los ciclos largos.

Muchas enfermedades se generan por luchar contra las fases de baja energía, que son vitales para la regeneración. La acción compulsiva y la tendencia a extraer la propia autoestima y la identidad de factores externos, como el éxito, es una ilusión inevitable mientras te identifiques con la mente.

Esto hace que no puedas aceptar las fases bajas del ciclo, que no las dejes ser. Finalmente, la inteligencia del organismo puede adueñarse de la situación como medida de autoprotección y provocar una enfermedad que te obligue a detenerte para que pueda tener lugar la necesaria regeneración.
 
En cuanto la mente juzga que un estado o situación es "bueno", le toma apego y se identifica con él, tanto si se trata de una relación como de una posesión, un papel social, un lugar o tu cuerpo físico.
 
La identificación te hace feliz, hace que te sientas bien contigo mismo, y ese estado o situación puede llegar a convertirse en parte de quien eres o de quien crees ser. 
 
Eckhart Tolle - El Poder del Ahora
 
 
 

Las experiencias nos enseñan. Con ellas llegamos a comprender el fondo de las cosas que ocurren y el por qué. Así sabemos que el fracaso tiene un valor experiencial que nos coloca en las puertas del éxito.

No hay exito que no anteceda al fracaso. Éste, el fracaso, nos va formando el carácter nos va fortaleciendo esa voluntad y confianza para sobreponernos. El fruto tarda en madurar, pero llegará en su momento. Acerca de cómo gestionar el fracaso, Eckhart Tolle nos dice que “el éxito se esconde en el fracaso y el fracaso se esconde en el éxito, porque tanto el éxito como el fracaso pueden ser bien o mal gestionado”.

Es necesario fracasar para saber que debo cambiar. Por tanto cuantos más fracasos tengas, mas te acercas al éxito. La estrategia que nos ha fallado hay que cambiarla, eso requiere ser flexible y tener una mente abierta. Y poco a poco, fracaso tras fracaso iremos afinando nuestra intuición y con ella nuestra estrategia, hasta que finalmente llegamos a lo deseado.

Siempe ocurre lo mismo, todo el que logra el éxito previamente ha aprendido de los fracasos.

Una mala gestión del fracaso nos llevaría a la paralización que provoca el miedo. Y como surge el miedo? En la infancia hemos sido muy osados, pero conforme crecemos vamos aprendiendo a tener miedo a equivocarnos, consecuencia del rechazo que recibimos del exterior. Una vez sentimos el miedo a fracasar o equivocarnos, nos paramos y no actuamos, y sobreviene la inexperiencia, y con ésta la incapacidad y nuevos temores y como resumen sentirnos unos fracasados. Esta creencia es terriblemente limitante, porque la persona fracasada solo lucha para sobrevivir pero no para mejorar y superarse, porque no cree en ella.

¿Qué podemos hacer para romper el ciclo del miedo? Pasar su barrera, quitarnos la camisa de fuerza que nos atenaza y lanzarnos al vacio, es decir, matar al miedo haciendo lo que tememos.

La visualización de las consecuencias positivas del hecho que tememos, también nos puede empujar a realizarlo, ya que el miedo nace en parte por las expectativas de que podemos no lograr lo que queremos.